El ancestral rito del té, conocido en Japón como chanoyu o sado, transforma la simple acción de preparar té para un huésped en un arte exquisito. Esta práctica implica una compleja secuencia de gestos realizados con un orden meticuloso, altamente valorados por quienes los reciben.
En el corazón de la ceremonia del té, también llamada la «manera del té», yace un reflejo del omotenashi tradicional japonés: la esencia de atender a los invitados con devoción y amor. Este ritual no es solo una práctica, sino un microcosmos que captura el espíritu de hospitalidad japonesa.
La preparación y presentación del té verde matcha en polvo, conocida como otemae, es un aspecto fundamental de esta ceremonia. Los chakai, encuentros informales, se organizan para deleitarse en el ritual del servicio del té, mientras que las reuniones más solemnes y formales se conocen como chaji. Existe otra variante menos conocida, el senchado, donde se utilizan hojas de té en lugar de matcha en polvo.
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